EN EL ACTO DE ESCRIBIR.

Son personas que no consiguen estar de brazos cruzados, esperando que las cosas sucedan, para poder después decidir cuál es la mejor manera de contarlo: van decidiendo a medida que actúan.

Convivir con este tipo de personas es importante para un escritor, porque éste debe entender que, antes de ponerse frente al papel, debe ser lo bastante libre como para cambiar de dirección a medida que su imaginación viaja. Después de escribir una frase, debe poder decirse a sí mismo: “Mientras escribía, recorrí un largo camino y ahora concluyo este párrafo con la conciencia de que arriesgo lo necesario y doy lo mejor de mí mismo”. Los mejores aliados son los que no piensan como los demás. Por eso, mientras buscas a tus no siempre visibles compañeros, has de creer en tu intuición, y no les prestes oídos a los comentarios ajenos. Las personas siempre juzgan a los otros con el modelo de sus propias limitaciones.

Únete a los que nunca dijeron: “Hasta aquí he llegado, no puedo seguir”. Porque de la misma manera que al invierno lo sigue la primavera, nada puede parar: tras alcanzar el objetivo es necesario recomenzar, usando siempre todo lo aprendido en el trayecto. Únete a los que cantan, cuentan historias y disfrutan de la vida. Porque la alegría es contagiosa e impide siempre que las personas se dejen paralizar por la depresión. Y cuenta tu historia.

lunes, 25 de junio de 2012

¿QUÉ ES LA AMISTAD Y LA AMISTAD?


 ¿QUÉ ES LA AMISTAD Y LA AMISTAD?
Es como el árbol a cuya sombra siempre vas a refugiarte.
Es como el huequito a donde siempre vas a descansar.
Es como el lente a donde siempre vas a buscar la luz.
Como un cojín para recostar la cabeza.
Como un algodón para cubrir las heridas.
Como un bastón para ayudarte a caminar.
Es el rocío de tu resequedad, la lamparita de tus tiniebla, el perfume de tu alma, la alfombra de tus pies ¡y la rosa de tu cruz!
La amistad es la antena para sintonizar amigas, el puente para dejar pasar, el conductor para hilvanar las almas.
La amiga es el rayito de sol de todos los días.
Es la sonrisa prometedora de todos los proyectos.
Es el estuche para guardar secretos y lágrimas.
Es la llave para saber qué pasa corazón adentro.
El amor es un torrente. La amistad es un rocío.
El amor es tronco. La amistad es sombra.
El amor raíz. La amistad es cultivo.
El amor es dueño. La amistad es servidora.
El amor es de montaña. La amistad es de camino.
El amor seduce, la amistad gotea.
El amor se apasiona, la amistad se identifica.
El amor brota, la amistad sostiene.
El amor absorbe, la amistad se prodiga.
El amor es fuego, la amistad es lámpara.
El amor se exalta, la amistad se enternece.
El amor es tapiz, la amistad es agujita.
El amor es vida, la amistad es soporte.
El amor se ciega, la amistad razona.
El amor hace la vida, la amistad hace la luz.
El amor y la amistad son los ejes, los puntales, pero con el telón de fondo de la fe.
Esa fe que cementa, estructura y abastece.
Porque el amor pasa ensanchando vidas; la amistad, despertando almas, y la fe, levantando virtudes.
El amor toca los sentidos, la amistad perfuma los sentimientos y la fe eleva el alma.
El amor es la palanca, la amistad es la columna y la fe es el cimiento.
El amor va tras la luna, la amistad, tras el lucero y la fe, tras el horizonte.
El amor se mira en el río, la amistad se refleja en el lago y la fe se hunde en el mar.
El amor truena, la amistad arrulla y la fe canta.
Los amores se consagran, las amistades se abrazan y los espíritus se funden.
El amor enfoca con pupila apasionada, la amistad enfoca con pupila alerta, y la fe, con pupila divina.
El amor hace la vida, la amistad hace la luz y la fe hace la salvación.
El amor es eso que agranda el pecho de todos los hombres, la amistad es eso que endulza la pena de todos los días y la fe es eso que fija nuestro destino para siempre.

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